La Revolución de Guatemala de 1944, conocida también como
Revolución de Octubre, fue un movimiento cívico-militar, efectuado por
militares, estudiantes y trabajadores, que derrocó al Gobierno de facto del
general Federico Ponce Vaides, dio lugar a las primeras elecciones libres en
ese país, e inauguró un período de diez años de modernización del Estado en
beneficio de las mayorías de clase trabajadora.
Jorge Ubico, un presidente más en el eslabón en la extensa
cadena de dictadura en la historia de Guatemala, su peor error fue no dejar a
los guatemaltecos en una total libertad, quería tener el control de todo,
controlaba a Guatemala como su finca.
El General Ubico se mantuvo en el poder por 14 años, de 1931 – 1944.
En su mandato no había libertar de pensamiento, de expresión,
no se podía hacer nada si no tenía el visto bueno del General. En esos años
existían “orejas” quienes denunciaban cualquier anomalía ante las autoridades.
Para derrocar a Ubico los estudiantes universitarios se
ruinan con la excusa de fiestas de dista índole, haciendo así un movimiento
revolucionario en estas. El 25 de julio murió María Chinchia, quien protestaba
para que renunciara el General Jorge Ubico.
Tras la serie de descontentos de la población guatemalteca
con el gobierno de Jorge Ubico, este se vio obligado a renunciar el 1 de julio
de 1944, dejando en su lugar a un triunvirato militar conformado por los
generales Eduardo Villagrán Ariza, Buenaventura Pineda y Federico Ponce Vaides.
El triunvirato debía convocar a elecciones, lo cual aprovecharon los activistas
civiles que se habían movilizado para derrocar el Gobierno de Ubico para exigir
a la Asamblea que se designara como presidente interino al Dr. Carlos Federico
Mora, reconocido profesional universitario. Al momento de que los diputados
estaban discutiendo el tema, irrumpieron en el recinto legislativo un
contingente de soldados al mando del coronel Alfredo Castañeda y una compañía
de cadetes de la Escuela Politécnica al mando del capitán Jacobo Árbenz Guzmán
y ordenaron a todos los presentes nombrar a Federico Ponce como presidente y
luego desalojar el hemiciclo parlamentario, los diputados por la presión de los
militares, nombraron en sesión cerrada a Ponce como presidente, el 4 de julio
de 1944.
A los pocos días de haber llegado al poder, Ponce obligó a los
indígenas que vivían en la capital del país a desfilar con garrotes para intimidar
a la población civil. Árbenz Guzmán, al darse cuenta de las intenciones de
Ponce, pidió su baja inmediata como militar y se dedicó junto a su amigo Jorge
Toriello Garrido a conspirar contra el Gobierno de Ponce.
Este acontecimiento causó nuevamente consternación en el
pueblo guatemalteco. Árbenz junto a su amigo Jorge Toriello contactaron al
mayor Francisco Javier Arana, quién puso a su disposición unos tanques de
combate. Entre la medianoche del 19 y el mediodía del 20 de octubre,
universitarios, empresarios, militares y trabajadores derrocaron al Gobierno de
Ponce Vaides. Los cabecillas de la revolución le pidieron su renuncia por
teléfono y, en ese mismo instante, se formó la junta militar de gobierno,
integrada por Jacobo Árbenz, Jorge Toriello y Francisco Javier Arana.
¿Hubo revolución?
En aquella época fue un cambio y ese movimiento revolucionario
donde se implementaron nuevas leyes, nuevos logros. Han trascurrido años tras
ese suceso, pero fue un hecho que cambio
a Guatemala.
La Revolución de Octubre ha sido interpretada como el período
en que emerge la pequeña burguesía guatemalteca y del proceso de hegemonización
de la burguesía en el manejo del poder político. El nuevo papel del Estado
requería de un número creciente de servidores públicos; su apertura democrática
estimuló la organización popular y el mayor protagonismo de las capas urbanas
logró que sus áreas de vida ubicadas en las periferia de la Ciudad de Guatemala
fueran atendidas por el Estado ya que son partes de la base social que sustenta
los regímenes revolucionarios.
Cuando ocurrió la Revolución de 1944, la ciudad tenía un
escaso desarrollo urbano, que se reflejaba en una deficiente y diferenciada cobertura
de servicios esenciales así como pocas posibilidades de trabajo para la
población, por la casi inexistente industrialización; excepto por una fábrica
de cerveza, otra de cemento y algunas textiles y jaboneras, las principales
actividades económicas eran agrícolas y artesanales. Guatemala dependía en todo
de la importación de artículos tanto suntuarios como necesarios.
Con los gobiernos revolucionarios aparece un
nuevo concepto de la administración municipal, basado en la autonomía y en la
elección de las corporaciones por la población de los municipios, aunque, desde
el principio, esta situación tuvo repercusiones en el desarrollo urbano de la
ciudad, ya que existieron fricciones políticas entre el Gobierno y las
corporaciones ediles, principalmente con la de Juan Luis Lizarralde, quien fue
electo en 1951 tras ser postulado por los partidos anticomunistas de Guatemala.