Diez años después de la Revolución de 1944, en 1954, los
opositores al gobierno de Árbenz se unificaron en el llamado Movimiento de
Liberación Nacional. Bajo el mando del teniente coronel Carlos Castillo Armas y
con el apoyo de Juan Córdova Cerna, director de la CIA en Centroamérica, quien
fue el verdadero líder del Ejército de Liberación y se infiltró en el gobierno
de la Junta Revolucionaria como ministro de Gobernación; esta acción fue el
preámbulo para que se iniciarán los planes para el derrocamiento en la
denominada «Operación PBSUCESS», la cual, bajo otro nombre tenía como objetivo
derrocar a la Junta Revolucionaria, sin embargo se logró hasta con el
presidente Árbenz.
Con el apoyo de las dictaduras de Nicaragua y Honduras se
planeó una invasión desde este último país, se reunió un pequeño ejército,
cuyos aviones incursionaron sobre Guatemala, arrojando propaganda contra el
Gobierno y atacando objetivos militares. El 18 de junio de 1954, el Ejército de
Liberación invadió el país por Esquipulas y tomó Chiquimula. Al presidente
Árbenz solamente una sección del ejército le dio su apoyo por lo que no pudo
oponer una resistencia efectiva, y la invasión ya había avanzado demasiado.
Árbenz renunció el 27 de junio, dejando la presidencia en manos del coronel
Carlos Enrique Díaz, jefe de las Fuerzas Armadas, y se asiló en la embajada de
México.
El coronel Díaz fue sustituido por una junta militar
integrada por los coroneles Elfego H. Monzón, José Luis Cruz Salazar y Mauricio
Dubois. El coronel Monzón, presidente de la junta militar, firmó con Castillo
Armas, en San Salvador, un pacto que puso fin a la guerra, y le otorgó el poder
a este, quien había traicionado al Lic. Juan Córdova Cerna e inmediatamente
devolvió las tierras a los terratenientes e inauguró un período de sucesivos gobiernos
militares en el país que incurrieron en una considerable deuda externa.
0 comentarios:
Publicar un comentario