lunes, 24 de octubre de 2016

José Ernesto Monzón, “El Cantor del Paisaje" (Primera Parte)



“ORGULLO INCREÍBLE”
Hablar de José Ernesto Monzón, es hablar de un ícono de una cultura guatemalteca, de alguien que a través de la música, ha exaltado y promovido el amor a Guatemala, a sus paisajes, sus costumbres y su gente; es por ello que algunas de sus canciones son parte de la identidad de muchos lugares de nuestra geografía.
Para conocer algo más de la vida del “cantor del paisaje” conversamos con su hija, Brenda Monzón, escritora, poetisa y gestora cultural, quien ha luchado por mantener vivo el legado de su padre.
Cuando se le menciona el nombre de su padre, Brenda no oculta su emoción y dice: “Orgullo increíble, soy una persona bendecida, tuve un papa que pertenece al imaginario colectivo de Guatemala, José Ernesto Monzón es un personaje cultural que nos da identidad, a mi me hace sentir muy orgullosa, a veces no me la creo que me haya tocado esa suerte, pero que también es una responsabilidad, uno no debe tener un mal comportamiento en nuestra sociedad, esperan mucho de nosotros por nuestro apellido, esperan mucho de un Monzón, ya que dejó un legado, me dejó muy comprometida”.

Sin embargo, de niña, Brenda no dimensionó lo que significó su padre para los guatemaltecos, “uno no es consciente de niño del legado de mi padre, uno no tenía esa percepción, uno hasta se aburría de los homenajes, los programas, lo va tomando en serio ya en la adolescencia, cuando me doy cuenta que mi papá hizo algo importante; eso me pasa con mis hijas cuando tengo que participar en alguna actividad”.
Entre los recuerdos que Brenda conserva de su padre se encuentra una guitarra, “yo recuerdo que cada vez que él llegaba a mi casa, ya sabían que personas de toda clase social, y le pedían que cantara y empieza a interpretar sus canciones, las cuales iban acompañadas con una anécdota”.
Brenda también recuerda cómo su padre celebraba los cumpleaños de su familia, “mi papá se levantaba a las cinco de la mañana, y empezaba a finar su guitarra, era señal de que debíamos levantarnos, y juntos le cantábamos ‘Las mañanitas chapinas’ (compuesta por él) al festejado”.
Pero también José Ernesto Monzón fue víctima del malinchismo arraigado en nuestra sociedad, “un día”, recuerda Brenda, “mi papá regresó consternado de un lugar que no recuerdo, ya que mientras estaba en una plaza donde tomó su guitarra y se puso a cantar, los que lo escuchaban le preguntaron si era una canción mexicana, y él respondió que era suya, entonces dijeron ‘ah, no sirve’, lamentablemente tenemos esa mentalidad”.
Brenda lamenta el poco apoyo que recibe el artista nacional producto del malinchismo, “mientras que en México el Estado tiene una política que obliga a los medios de comunicación a difundir programas donde se promueve el nacionalismo, aquí le recortan el presupuesto a la Cultura”.

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