El 29 de diciembre de 1996 se celebró la firma del Acuerdo de Paz firme y duradera que ponía fin a 36 años de un conflicto armado interno que dejó miles de víctimas, en su mayoría que no tenían relación con las dos partes que se enfrentaron.
Después de 19 años, los avances han sido escasos debido a la falta de voluntad por parte de los gobiernos que han transcurrido en ese lapso.
A eso hay que agregar que sectores recalcitrantes han bloqueado toda acción que contribuiría al desarrollo de las comunidades indígenas y rurales, y también negando las atrocidades cometidas en la guerra, e impidiendo que se haga justicia.
La inseguridad se ha incrementado y las cifras de crímenes es mayor que durante el conflicto. La situación de las comunidades rurales continúa igual, los refugiados fueron ubicados en lugares lejanos a los de su origen y las comunidades han sido obligadas a aceptar proyectos extractivos que pueden dañar el ambiente o de lo contrario son acusados de "criminales".
En resumen, pareciera que la paz se quedó en una hoja de papel, y no se ha reflejado en la realidad. Ojalá que con el despertar de la conciencia ciudadana en este histórico 2015 se produzca un verdadero cambio para alcanzar esa paz verdadera que se anhela desde hace 19 años.
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