Como todos los años, el día previo al Miércoles de Ceniza celebrado por la iglesia católica, en Guatemala se celebra junto con otros países el llamado “Martes de Carnaval”, el cual consiste en una fiesta de colores, disfraces y antifaces que se presentan en desfiles, festivales, concursos y fiestas públicas y/o privadas durante todo el día. Dicha conmemoración no tiene una fecha específica de inicio, pero se cree que proviene de culturas antiguas como la Egipcia y la Romana, que posteriormente la trasladaron a Europa.
En Guatemala el carnaval es siempre una de las celebraciones más esperadas por niños y adultos, pues en las escuelas, casas y calles del país, se celebra con disfraces y fiestas en la que se acostumbra a quebrar los coloridos cascarones sobre la cabeza de otras personas, que por cierto queda prácticamente bañada en confeti o como tradicionalmente le llamamos los guatemaltecos: “pica-pica”.
Los cascarones guatemaltecos son conocidos por su colorido y sorpresas en su interior.
Según Celso Lara, historiador guatemalteco, la celebración del Carnaval fue introducida a Guatemala aproximadamente desde la conquista, pero era una fiesta exclusiva de españoles y clase alta y consistía en fiestas de lujosos vestidos y antifaces multicolor que cubrían parcialmente los rostros de los invitados; dada la exclusión de aquella época, los guatemaltecos decidieron adoptar la fiesta al modo popular y fabricaron sus propias máscaras y agregaron en el siglo XVIII aproximadamente, la quiebra de cascarones con harina.
Por su parte el licenciado Miguel Álvarez Arevalo, director del Museo Nacional de Historia, comenta que adicional al juego con harina, el pueblo de aquel entonces recurría a lanzarse agua, cita además uno de los pasajes escritos por José Milla que dicta “La última vez que estuve en los toros el martes de carnaval, seis o siete años hace, entraron numerosas partidas de máscaras y como estoy poco al corriente de los cambios de los gustos caprichosos del público, creía yo que este año habría también disfraces en la plaza”.
Se tienen registros que un siglo más tarde, los cascarones ya incluían la “pica-pica”, nombre que se le dio al papel picado en finos tamaños y que por consiguiente generaban una gran comezón en la cabeza y el cuerpo de los celebrantes. Con forme han pasado los años, la tradición continúa y los cascarones se han modificado levemente, pero aún conservan la característica de estar pintados a mano con añilina de colores, rellenos con confeti y sellados con un pedazo de papel de china.
Los cascarones contienen "pica-pica" y son quebrados en la cabeza de los participantes.
De acuerdo con datos de la iglesia católica, esta festividad procede de la llamada Carnestolenda, que en latín significa el no consumo de carne y que se practicará durante los 40 días de la Cuaresma y Semana Santa posterior. Así mismo, en Guatemala se puede apreciar que los cascarones se comercializan en mercados y tiendas de barrio, después del 6 de enero o “Día de Reyes” y tiene su mayor auge durante el último fin de semana previo al “Miércoles de Ceniza”.
Sin embargo, actualmente también se venden bolsitas con confeti, ya que algunos prefieren tener un cargamento adicional y así poder continuar con la fiesta de cascarones y “pica-pica” tan tradicional y que sin importar la edad, los guatemaltecos disfrutan incluso hasta altas horas de la noche del famoso “Martes de Carnaval”.
Aunque el trabajo es mas artesanal y casero, actualmente también se produce "pica-pica" en forma industrial.
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