lunes, 16 de enero de 2017

OPINIÓN: Primer año de Gobierno, más sombras que luces

Hace un año (14/01/2016), Jimmy Morales asumía la presidencia de la República tras un proceso electoral atípico en el que terminó siendo beneficiado.
La crisis política del 2015 y la falta de credibilidad hacia la clase política tradicional fueron la clave para su ascenso, su escasa experiencia política y sus antecedentes como actor y comunicador lo hicieron subir en las preferencias ante una ciudadanía que rechazaba candidaturas como la de Sandra Torres y Manuel Baldizón.
Sin embargo, la mayoría de votantes desconocía el origen del partido que lo postulaba: FCN-Nación, fundado por exmilitares, algunos de ellos señalados por crímenes de lesa humanidad y otros de estar en estructuras paralelas dentro del Estado.
Tras su triunfo electoral, empezaron a surgir dudas como cuando uno de sus asesores fue acusado de plagiar un ensayo científico, o cuando no aclaró los gastos en el hotel donde se hospedó hasta asumir el puesto.
Ya en el poder, se le señaló por haber aceptado donaciones de medicinas vencidas en medio de una crisis hospitalaria que aún persiste. Asimismo el nombramiento de una contratista como ministra de Comunicaciones, y que tuvo que dar marcha atrás; lo mismo ocurrió cuando decidió revivir el desfile del Día del Ejército o cuando intentó establecer un Estado de Prevención.
Su promesa de "no aceptar tránsfugas" quedó al traste luego que su agrupación política aceptara diputados provenientes de otras bancadas que incrementaron su fuerza legislativa, con lo que se empezó a mostrar las verdaderas intenciones del partido oficial, que en el Congreso ha rechazado iniciativas que el presidente había prometido apoyar, ejemplo las reformas al sector justicia.
A un año no se ha visto un rumbo claro de su gestión, si bien es cierto que han existido avances en algunos campos como la seguridad (a pesar que los niveles de violencia no se han reducido de manera notoria) y las metas de recaudación tributaria se han logrado alcanzar, así como algunos esfuerzos aislados en materia de transparencia.

La imagen puede contener: 1 persona
Jimmy Morales, presidente de Guatemala 2016-2020
El señalamiento contra el hijo y el hermano del mandatario por el caso de las facturas en el restaurante Fulanos y Menganos por el caso del Registro de la Propiedad trajo cierto desgaste, pese a que ha mencionado que no intervendría en la investigación. Tampoco se han aclarado las dudas sobre la casa que alquila el vicepresidente Jafeth Cabrera, o la supuesta relación con grupos de narcotraficantes que vinculan al hijo de él.
La mala relación con la prensa también se evidenció desde los primeros días cuando le empezaron a molestar ciertas preguntas, así como la restricción a la labor periodística, hasta el día que explotó contra los medios de comunicación que se resume en la frase "se acabó la fafa", insinuando que las críticas a su gestión se debían a la no contratación de pauta publicitaria. Dicha relación sigue deteriorada hasta la fecha y que fue premiada con "un membrillo".
Además, aún no ha podido esclarecer algunas de las negociaciones que se han realizado, especialmente en el usufructo de la Terminal de Contenedores Quetzal, la supuesta injerencia de poderes para escoger a la presidenta de la Corte Suprema de Justicia y a la nueva Junta Directiva del Congreso, ambos considerados afines al mandatario. Tampoco han aclarado el uso del helicóptero propiedad de Alejandro Sinibaldi.
También se ha cuestionado al círculo cercano que rodea a Morales y que se ha conocido como "la juntita", en especial a los diputados y exmilitares Edgar Ovalle y Armando Melgar Padilla, señalados de ser operadores políticos del gobierno en el Legislativo. Por su parte, Ovalle es acusado de haber ordenado crímenes de lesa humanidad en el conflicto armado interno (caso Creompaz).
Asimismo, algunos de los pueblos y sectores que se consideraron "bastión político" de Jimmy Morales durante la campaña, hoy se sienten marginados y las promesas aún no se han cumplido. Además, la amplia popularidad que tenia ha bajado en forma drástica.
También se recuerdan comentarios considerados de "mal gusto" como el haber "ofrecido" mano de obra barata al hoy presidente electo de Estados Unidos Donald Trump para el infame muro fronterizo con México que pretende construir y otros disparates que ha hecho como "dormir" en una actividad gubernamental, llorar en un desayuno de oración, contar "moralejas" en escuelas hasta "aburrir a los niños", decir que "hubiese preferido vender gaseosas" o hacer pasos marciales en la actividad del Día del Ejército.
Para algunos analistas es urgente que se enderezca el rumbo del gobierno antes que se le escape de las manos, que tenga un plan claro sobre lo que busque hacer y que en sus manos está el ser recordado por su buena gestión, o que éste pase sin pena ni gloria o en el peor de los casos, terminar tras las rejas dejando de lado su frase de "ni corrupto ni ladrón".

Opinión por: Francisco Lima

0 comentarios:

Publicar un comentario